Está claro que una catástrofe planetaria de este tipo causaría la extinción de muchos grupos de animales y plantas. De hecho, en ese momento desaparecieron no sólo los dinosaurios: los pterosaurios, los plesiosaurios y otros reptiles marinos, los ammonites...; también entra- ron en decadencia otros grupos, como los helechos gigantes y las gimnospermas (decadencia que abrió el camino a la expansión de las angiospermas). En cualquier caso, lo cierto es que unos seres sobrevivieron y otros no. ¿Por qué? Si el meteorito hubiera causado una nube de polvo que ocultase el Sol durante años..., ¿no habría desaparecido la mayoría de la vida sobre la Tierra? ¿Cómo podrían las plantas hacer la fotosíntesis?
Pero, ¿podemos pensar en otras alternativas? ¿Existen posibilidades de que el cambio fuera menos drástico, aunque igual de mortal? Sí, es posible. Según determinados científicos, es factible que un cambio climático importante causara la desaparición paulatina de numerosos grupos de seres vivos. De hecho, está más o menos aceptado que un cambio de esta naturaleza podría haber sido el causante de la extinción de los trilobites al finalizar el Pérmico. En cuanto al Cretácico, se puede observar que en determinados grupos de animales, como los ammonites, que también se extinguieron en este período, aparecen lo que se denomina «formas aberrantes». Se trata de especies con formas raras, en ocasiones muy sofisticadas, pero que se alejan un poco de la relación estructura-función habitual, y cuya aparición podría deberse a condicio- nes ambientales desfavorables. En el registro fósil se puede observar que, cuando un grupo está próximo a su extinción, pueden aparecer formas extrañas de este tipo
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