El hombre primitivo podía a la vez tragar y respirar por la nariz, pero no
hablar ni respirar por la boca. Nuestros bebes actuales siguen la misma
evolución que la especie humana en su conjunto. Un recién nacido es capaz de
tragar y respirar al mismo tiempo, de lo contrario le resultaría muy difícil
mamar. Pero no puede respirar por la boca, ya que su laringe se encuentra en
una posición demasiado elevada. Esta es también la razón por la que los bebes
se ponen tan mal cuando están resfriados y tienen la nariz tapada. A partir los
seis o siete meses, la laringe va descendiendo, dando paso a que surjan el
balbuceo y el habla. Razón por la cual no podemos hacerlo nosotros.
Se supone que nuestros antepasados prehistóricos se dividieron en dos familias: los que solo respiraban por la nariz y los que lo hacían por la nariz y la boca. Los primeros se extinguieron, de los segundos surgió el Homo sapiens.
Se supone que nuestros antepasados prehistóricos se dividieron en dos familias: los que solo respiraban por la nariz y los que lo hacían por la nariz y la boca. Los primeros se extinguieron, de los segundos surgió el Homo sapiens.